Por qué nuestro estilo de vida moderno nos está matando

Los seres humanos de ahora no somos iguales a los de hace miles de años.

 

Como ya sabrás, o no. Aunque si estás leyendo esto supongo que sí, si no estarías viendo videos absurdos en internet.

 

Hemos evolucionado. 

 

Y, un poco responsable de esto, es la dopamina (sustancia que determina en parte nuestra personalidad y nuestra forma de actuar).

 

La necesidad de explorar, la curiosidad, tener ambición e inquietudes, el movimiento, viajar, no tener miedo a salir de la zona de confort se debe a la actividad de los receptores de esta sustancia magnífica: la dopamina. 

 

Sin ella aún seguiríamos en el mismo continente donde empezó todo, caminando en cuadrupedia y cazando día a día para poder alimentarnos. O quizás ya nos habríamos extinguido.

 

Sin embargo, y aunque ahora vivimos en casas gigantes con calefacción y aire acondicionado (en vez de refugiarnos en cuevas, o dormir bajo la lluvia), tenemos acceso a comida y agua en cualquier momento (en vez de luchar y cazar) y lo que nos genera ansiedad es que nos caiga mal el jefecillo de turno (en vez de ser devorados por un depredador más fuerte en cualquier momento) a nivel biológico, genético y bioquímico, somos iguales.

 

Hemos evolucionado pero nuestros procesos siguen siendo ancestrales.

 

Seguimos siendo ancestrales, nuestra biología sigue siendo ancestral pero estamos muy lejos de aquellos estímulos que nos hicieron ser quienes somos. 

 

Por eso en el mundo actual hay tantas enfermedades.

 

Porque si no tienes en cuenta tus orígenes, y aquellos procesos que hacen que funciones y que puedas vivir, enfermas y mueres.

 

No hay más. Es así de crudo.

 

Tu forma de vivir te puede matar. Y cuánto más te alejes de tus principios, más probabilidades tienes de perder la vida.

 

Venga te pongo algún ejemplo para que me entiendas mejor y tengas la opción de volver a tus orígenes:

 

Antes: para sobrevivir necesitabas comer, para comer necesitabas cazar, para cazar te tenías que mover. Balance energético equilibrado. Por ende, no había exceso de peso ni enfermedades asociadas.

 

Ahora: para sobrevivir sigues necesitando comer, para comer tienes mil supermercados a tu alcance, los tienes al lado de tu casa, o vas en coche, o lo pides a domicilio, te comes una pizza en el comodísimo sofá de tu casa. Balance energético positivo (comes más que gastas). Acumulación de energía, por ende, sobrepeso y obesidad, enfermedades y muerte.

 

Hábito del mundo actual: obviamente no tienes que cazar, pero tienes que moverte. Haz ejercicio físico.

 

¿Muy obvio?

 

Venga te pongo otro menos obvio que seguro que no sabes.

 

Antes: te perseguía un depredador, tu cuerpo activaba mecanismos de estrés para escapar o luchar, si te cogía morías, si escapabas sobrevivías y tu cuerpo volvía a un estado de calma ya que el estímulo estresante desaparecía (por el momento, al menos).

 

Ahora: odias levantarte cada día a las 6 am, pillar un atasco para llegar a un trabajo que no te gusta, tu cuerpo activa mecanismos de estrés para que hagas algo ante esa situación que te genera malestar, tus “obligaciones sociales” te impiden actuar, tienes que repetirlo un día tras otro, tu estrés se vuelve crónico con todo lo que eso conlleva (da para otro post) pero te adelanto algo: enfermedad y muerte.

 

Sí amiga, el odio que le tienes a tu compañero de trabajo te puede hacer enfermar.

 

Hábito del mundo actual: toma las riendas de tu vida y convierte tus hobbies o tus pasiones en tu modo de vida y de sustento, no te conformes. 

 

Suena muy bonito y no es tan fácil.

 

Bueno pues busca estrategias para combatirlo. 

 

Si no puedes cambiar tus obligaciones, al menos elige bien qué haces en tu tiempo libre. 

 

Porque irte de cañas, o a cenar al Mcdonalds (porque te lo mereces después de un largo día de trabajo) o trasnochar todo el fin de semana no va a quitarte el estrés.

 

Si has llegado hasta aquí, 

 

¡enhorabuena! 

 

Eres una persona curiosa y la curiosidad es lo que nos hace mantenernos con vida, con buena vida.

 

Te he dado más motivos de la importancia de tomar buenas decisiones.

 

En los próximos posts te voy a seguir hablando de cómo hacer que tu cuerpo perciba menos desafiante ese estímulo de estrés que atormenta tu vida.

 

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